viernes, 12 de octubre de 2012

La hora violeta



En la novela "La hora violeta", las tres protagonistas creadas por Montserrat Roig, que atraviesan diferentes conflictos sentimentales,  llegan a la conclusión de que han de mirar el mundo con sus propios ojos, sin el filtro de la mirada de los demás.

Ese es el reto, también en fotografía. Dar una mirada propia a temas en ocasiones tan manidos como este, la puesta de sol desde el embarcadero de L'Albufera de Valencia.

Mi mirada fue la del momento casi mágico en el que la quietud cae como una sábana limpia sobre la escena. La de la sutileza en la gradación de los tonos, la frialdad de la luz, cuando solo quedan algunos restos de sol. La del reflejo congelado del cielo en el lago. También aquí, la hora violeta.

Es mi mirada. O lo fue ese día. Hay otras muchas miradas posibles, como la del furioso sol naranja hundiéndose en el horizonte, en medio de rojos y negros y siluetas recortadas. Pero hoy me apetecía esta, sutil y sin contraste, aunque ignore la regla de los tercios y coloque el horizonte casi en el centro.

Bueno, sí que había algún filtro en mi mirada. Marca Cokin, recién comprados, estuve haciendo experimentos con ellos.


Nikon D90, Tamron 17-55 f/2.8, 29 mm
f/22, 4"
Filtros Cokin P153 (ND4 -0.6) y P121S (degradado suave ND8  -0.9)

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