viernes, 9 de mayo de 2014

¿A qué huelen las nubes?



Aquel día de agosto olían a mar, a pinos, a vida, a paz. A sábanas limpias. A cansancio tras estar todo el día recorriendo la isla en bici.

Y a satisfacción por encontrarme, volviendo a tierra en el ferry, con esta puesta de sol. Un clásico, pero un valor seguro. Una vista de la que uno no se cansa nunca, por más que se repita todos los días.

Osselin y Juan García Gálvez les he tomado prestada una estupenda acción de photoshop para aumentar la calidez, viveza y enfoque.


La Procesión de los Niños

En las procesiones de semana santa, entre el rigor de los trajes, la seriedad de los semblantes, la exaltación de la tortura y muerte, el do...