
En parte es un tópico, pero en parte es cierto.
La frescura, la capacidad de entusiasmo, la deshinibición, la alegría, el juego, la divina irresponsabilidad, el vivir la vida a cada instante, como si siempre estuviera por estrenar, son atributos de la infancia, que difícilmente se mantienen en el tiempo.
Ojalá consigamos tener mucho de todo eso en nuestra vida. Y ojalá todos los niños vivan la suya así.
Nikon D70s, objetivo nikkor 50 mm, f/1.8
1/1000 seg., f/2.2, ISO 200
Sin trípode
Reencuadrada